Balada triste de trompeta: El Álex de la Iglesia más personal

SINOPSIS: Año 1937. En plena guerra civil, el ejército del bando republicano irrumpe en un circo en plena actuación para reclutar a sus trabajadores para luchar contra las tropas nacionales. Muchos años después, en los años previos a la Transición, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) lucharán por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY) 

Ayer por fin tuve la oportunidad de acudir al cine a ver este film, que se encontraba entre mi lista de cosas pendientes. He descubierto un producto atípico entre las últimas producciones contemporáneas nacionales, una historia sin tapujos y muy directa, y que sin duda generará una clara división de opiniones.

Esta vez, De la Iglesia, una de las caras más respetadas del cine español, nos trae la que quizá sea su idea más radical, personal y arriesgada. Un film que no se anda con medias tintas pero que sin embargo es difícil de calificar, ya que el ritmo al que se desarrolla la historia puede resultar atípico y se le atragantará a más de uno.

Nos encontramos con un "esperpento" algo duro, con toques freaks y elementos que rozan lo surrealista (apariciones de la virgen incluidas). A medio camino entre cine negro, y película gore de serie B, vemos una historia hilarante llena de violencia, en la que se intentan tocar muchos palos (traumas infantiles, la guerra civil española, violencia de género...) tras una puesta en escena que a veces roza lo absurdo y lo desagradable (veáse en un sentido intencionado y no crítico). Parece que de la Iglesia intenta tomar los derroteros marcados por "el día de la bestia",  sin llegar a ser una comedia como este último, pero tampoco un drama amoroso como podríamos esperarnos. 

Se trata del análisis de una mente infantil e inocentona en forma de payaso triste (Carlos Aceres), que a medida que avanza la historia se irá atormentando hasta volverse completamente loco  (poniendo patas arriba todo lo que le rodea) debido a su drama amoroso. El juego que da el circo en todo esto no está dejado al azar, y nos encontraremos con metáforas  e ironías bien colocadas a lo largo de la película.  La ambientación tétrica que se logra en la segunda mitad de la película, con los payasos convertidos ya en auténticos monstruos, resulta chocante con el trasfondo pero atractivo a la vez, y hace que no pares de preguntarte que demonios estas viendo exactamente (si esto es bueno o malo, dependerá de los gustos del espectador). Este es sin duda el aspecto más sobresaliente de la película, su estética, que puede resultar tanto graciosa y atractiva ( en el sentido más friki) como repugnante y aterradora.

Por lo tanto, esta película sera disfrutada por aquellos que gusten de lo hilarante y en ocasiones absurdo de su guión (entre los que se encuentra un servidor),y se dejen llevar por él. Sin embargo para aquellos que no soporten el exceso de gore en sus numerosos disparos y mutilaciones ni los elementos freaks y surrealistas puede resultar difícil de digerir.

Guste o no guste, lo que es innegable es que la cinta está perfectamente dirigida, nos aporta una estética muy cuidada, y la interpretación de los actores es mágnifica. Carlos Aceres nos ofrece las dos caras de una moneda interpretadas a la percepción. Nos reiremos del payaso triste, con esa cara tan "muchachada nui", pero cuando se nos muestre su lado psicópata nos parecerá que estamos viendo a otra persona. El mayor pecado de la película quizás sea el hecho de que ocurren a la vez muchísimas cosas, hay demasiados elementos, y todo ello está envuelto en un halo psicótico (con mucho ketchup además). Pero si tenemos en cuenta que el objetivo de cualquier película es hacer sentir , no podemos negar lo notorio del film , que no para de provocar al espectador. Por que otra cosa no, pero al ver "Balada triste de trompeta", algo se remueve dentro de nosotros (puede ser emoción, o puede ser la cena).

Valoración personal:  4.5 / 5

Un saludo

PD: Nominada a 15 premios Goya, incluidos mejor película y mejor director.